El recorrido más largo de mi vida
fue el silencio de la arena desierta
sin acatar jamás los designios ni los afiches
procurando escapar por la verja
tantas veces como pude.
Procuré ser libre apartando de mi los iconos
y los símbolos de toda política de normas embudo,
pero no me daba cuenta
que el cambio de los cambios sólo consiste
en la perspectiva del punto cardinal
pero los perros eran los mismos
con distinto collar.
El punto álgido de las soluciones sociales
es como un cofre de piratas donde se guardan
los tesoros del mundo de los grande señores
que siempre niegan haberlo escondido.
La razón de mi ser fue siempre
la vacuidad del espíritu y la materia,
luchando contra el dios Hermes,
aliándome con Atenea y Apolo
en un mito sin éxito.
Me resulta un buen poema, amigo. Me discursa muy bien.
ResponderEliminarFuerte abrazo
Gracias amigo por tu comentario
EliminarEstupendo, aunque la asonancia cardinal/collar denota un poquitín, incluso creo que, una frase tan manida (el mismo perro con diferente collar), no le hace justicia al poema.
ResponderEliminarBesos.
jajajaja, ¡es cierto! no le hace justicia porque no hay justicia para tanto perro, ni perrera donde meterlos y las fraqses cotidianas y manidas, a veces, si están puestas en buen lugar, pudieran parecer justas y cabales y, además, relajan el poema.
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