jueves, 14 de febrero de 2013

Seudología



          

Desde la distancia le llegaban cantos
en desconocidas lenguas, que a su percepción,
transcribía en urgentes versos de elucidas señales
bajo un alud de impertinencias impronunciables
incitándoles al refugio hermético
 del intimismo más lóbrego y anti- conceptual .
 
Sobrevivió, vitalmente inédito,  participante fiel
de cuantas peñas y tertulias literarias
se adosan a la farándula citadina
de los intelectuales, ilustres y consagrados,
donde fue un naufrago de intenciones
que pagaba caros whiskys
mientras se embriagaba con barato aguardiente.

Promiscuas jerigonzas posteriores
le apresaron en marañas de tacones, y otras fintas,
sin entonaciones ni alivios de bergantes y poetas.
Inversión y pluma retórica ante la desinencia
de vocablos para el disimulo y el desvío.

 pichy



4 comentarios:

  1. Un poema que apresa e invita a seguir leyendo.

    Olvida la ensoñación personal, con un futuro truncado, sin embargo, amigo, se revela todo lo contrario.

    Realmente fantástico.
    Besos

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  2. Muchas gracias, amiga, por tan agradable comentario. Este poema es pura realidad y vivencia; de un personaje, con el que intercambié palabras y saludos, sin jamás recordar su nombre. Besos

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  3. Este es mi comentario. No sé hacer otro.


    Desde la distancia le llegaban cantos
    en desconocidas lenguas
    y transcribía en urgentes versos elucidas señales
    bajo un alud de impertinencias impronunciables
    incitándoles al refugio hermético del intimismo
    lóbrego y anticonceptual .

    Sobrevivió, vitalmente inédito, fiel participante
    de cuantas peñas y tertulias literarias
    se adosan a la farándula citadina,
    entre intelectuales ilustres y consagrados,
    en donde fue un naufrago de intenciones
    que pagaba caros whiskys
    mientras él se embriagaba con barato aguardiente.

    Promiscuas jerigonzas posteriores
    le apresaron en marañas de tacones, y otras fintas,
    sin entonaciones ni alivios de bergantes y poetas,
    con inversión y pluma retórica, ante la desinencia
    de vocablos para el disimulo y el desvío.


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