Me eché a cruzar el mar con una barca
y llegué hasta los flecos de los hielos
donde encontré la
sequedad de los fríos
y la inmensa sabana blanca
que sostiene el polo.
Y me quedé entre elefantes marinos
pescando peces por un agujero hondo
como la cuenca del ojo que ve el mundo
por donde se ven los vaivenes
del hombre en sociedad
a la que no quiero
volver.
Mi barca perdió lo remos.
© Luis Vargas
Me resulta muy bien, amigo. Abrazo
ResponderEliminar¿hay hueco en ese lugar para uno más?
ResponderEliminarEstupendo el poema, aunque las asonancias fríos/marinos y polo/hondo destaquen un poquito.
Besos