(el años que viene os daré mi opinión sobre qué es la Escritura Creativa como una especie de curso-taller que me he creado)
UNA CONDICIÓN PRORRATEADA
que se extiende a lo largo de la vida
como un asentamiento con sus luces
y sus sombras
matizadas por los éxitos, los miedos,
la rutina y lo que nunca se alcanza.
Y se llega a mayor con muchas trabas
acomodado a los hábitos ya raídos
con los que hacemos que se acerque el
amor
y huya
porque no hay dos personas con los
mismos
intereses, ni gustos, ni deseos.
Hay una caja de Pandora en cada uno,
que va guardando los secretos y las
dudas,
las carencias y sufrimientos,
y nos pusimos a jugar al parchís
como de costumbre
como si no pasara nada. Y fue entonces
cuando se abrió la caja de Pandora,
sin querer,
escupiendo rayos y truenos
y maldiciendo los ratos de soledad y de
angustia.
Y entonces te recluyes en un balneario
de ancianos
porque los aviones despegan a
propulsión
volando más alto de lo que uno puede
ya llegar
y nos quedamos en tierra, solos y
perdidos,
y lo cotidiano dejó de servirnos para
la vida
y uno de los dos pensó: “es que yo
no vivo”.
Uno estaba en el segundo piso
y el otro había llegado al décimo por
la edad
y ya había mucha distancia
para darte la mano.
El futuro estaba amarrado con los
vientos alisios
que envuelven la juventud pretérita y
el anhelo
y los contornos de los días que
pasamos juntos
que hoy aclaman a una vida nueva
imposible para alguno de los dos que ya
se le olvidó
jugar al tenis y los encantos de los
libros de bachiller
y solo lee y escribe, poemas de ilusas
ilusiones.
Hay una condición prorrateada en el
tiempo
cuyo éxito depende de las fuerzas que
nos quedan
y del bienestar material que permite
libertad.
© Luis Vargas 2014