Por las estrechas
leyes
de la vivencia,
el semblante de la concordia
requiere sus particulares cantos.
El luto no está en el vestido oscuro,
el semblante de la concordia
requiere sus particulares cantos.
El luto no está en el vestido oscuro,
ni lo rosado es
sinónimo de fiesta.
La luz, que
significan con la vida,
suele cegar
hasta el retroceso
y la muerte.
Además, qué es
la muerte
sino albur y
dejadez,
renuncia
obligada.
Sépanlo, desde siempre,
las víctimas han sido calculadas
Sépanlo, desde siempre,
las víctimas han sido calculadas
—los “daños
colaterales” no son
asuntos de la
modernidad—
y los inflexibles
sablazos
no cejan de buscar
no cejan de buscar
los más eficientes
dolores
de la existencia.
Sí, ténganlo por seguro,
la vida es
demasiado pequeña
para abarcar
tantas perversidades,
y es tal la
ruina moral de las evasiones
en los poemitas amorosos
—del sexo
romantizado, o disimulado,
por los incapaces
de vivir el amor,
más allá de sus oníricos
versos—,
que, ante el
verdadero amor, indignan.
Cortinas de
palabras tontas hasta lo ridículo,
que vergüenzas
humanas ocultan,
me provocan
náuseas
ante los
masacrados niños palestinos
y el terrorismo
de Estado, que nos apoca
hasta el
silencio cómplice
o las frívolas
controversias de café.
Pichy
Este
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